2/06/2010

Talento

Los nervios destrozan mis dientes, cada segundo que pasa es una neurona menos en mi ser, el estres quiere ser mi fiel amigo.

Mañana es un día importante en mi vida, y no tanto por lo que es sino por lo que representa. De mis nulos esfuerzos anteriores y mis ociosas meditaciones en campos de intelectuales pasteles, tenia que sacar conocimientos de ciencias innecesarias y aplicarlos con el fin de probar que mi dinero vale tanto como mi intelecto. -Hay un gran problema, yo no poseo dinero-. No quiero dar a entender que me gusta alimentar mi ego probando mi intelecto en tontos castings de carreras. Lo que sucede es que si no demuestro a ciertas burócratas autoridades lo tangible de mi conocimiento no creerán la sabiduría de mis letras. Y por eso el estres conmigo. [ESTA]

Después de casi 24 horas de tortura sicológica ejercida por nadie y percibida por mi, -entre dolor- decidí buscar un arma e infiltrarme en esa guerra de pensamientos llevada acabo en la parte superior izquierda de mi cráneo; cogí mis herramientas y empecé la cosecha.

Horas después de acariciar la tierra a cambio de sus frutos, obtuve la paga de la señora Madre; su medicina. Prepare una cena de hierbas, echa solo con amor; prendí el fuego, y -oh, reyes y magos venid y celebrad conmigo que mañana de la épica batalla intelectual seremos victoriosos-.

No hay comentarios:

Publicar un comentario