2/03/2010

Lo Clasico


No solo la tranquilidad viene conmigo; también viene lo clásico.
Sentir como solo el ruido penetra tus oídos, y
magicamente tus neuronas empiezan a interpretar una coreografía tan perfecta
que simplemente mi cráneo cae lentamente hacia atrás
mientras mis dedos describen la magia de este momento.
Siento las teclas del piano hundiéndose en mi piel,
los violines le dan color al viento
y mis dibujos, oh mis dibujos, solo almas atrapadas
que en el momento del humo y clásico
salen a asechar mi humilde morada. [CRÁNEO]
Pienso en gente que me quiere,
pienso en si me querrán después de esto
quiero admiración, pero no de ti si no de un dios.
Un mundo donde el único reflejo que puedo hacer aparecer a mi antojo en los charcos de lluvia es el mio; es un mundo que solo me muestra un dios.
Gane esa admiración [DEIDAD],
pero ahora no hay lluvia en mis ojos, por tanto
no hay reflejos ni charcos.
Ahora no encuentro un dios y por supuesto perdí la admiración.
Épocas de lluvias vuelven a visitar mis labios, y;
oh, circulo vicioso mi reflejo vuelve a aparecer.
Ahora todo comenzara otra vez(...)
Del sufrimiento se refleja Dios, pero sin él no hay porque sufrir.
El ser humano sin sufrimiento no es humano y por eso creamos ante nuestros cristales la imagen de un Dios.

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