2/17/2010

Obra de una sombra


Narra-niel: Me encontraba en mi cuarto, perdido en mis pensamientos, hablando con mis amigos imaginarios. Tras minutos de charla, entró en mí un hambre insoportable, así que lo comente con mi inexistente gente. El tema fue escuchado y debatido, pero con el acelerado caminar de las manecillas, se dejo el tema atrás y continúo nuestra interesante pero confusa conversación. Luego de un rato, mis amigos vieron que realmente necesitaba nutrirme, invitándome a invadir sus hogares (que curiosamente son mi mente).

Ya en la mesa mi estomago gruñía, impaciente por ese plato que saciaría mi hambruna. Llego una extraña mujer de pelo violeta rojizo, con un uniforme blanco, delantal rojo y sin zapatos. Dejo una bandeja frente a mí y se marcho. -¿Quien es ella?- pregunté a mis amigos; -Zoila- respondieron, pero sin darle la importancia que ameritaba mi pregunta. Me sentí frustrado, me levante y corrí a la puerta de la cocina. Me detuve, la abrí diciendo suavemente -Zoilaaaa...- y sin más espera ella voltio hacia mi junto con su fría mirada que sin mover labios me preguntaba como me osaba a invadir su espacio. Me acerque a ella y le comente el interés que creaba en mi. Sonrió, y me dijo, -Te voy a contar la historia de mi vida y la de la única persona que realmente conozco; mi sombra...-


La Sombra: Zoila caminaba hacia su cuarto, con la cabeza mirando la deslumbrante baldosa blanca de la cocina mientras pensaba en como seria todo allá afuera. Abrió la puerta de su pequeño mundo, encendió el sol y se tiro en una fría pradera a preparar con ojos cerrados su repetitiva rutina del siguiente amanecer. De repente escucho una puerta ser agredida bruscamente, abrió los ojos, derramando su vista alrededor de todo el claustrofóbico cuarto, pero no vio nada. Cerró sus ojos, dejando caer su cuerpo en un estado de refrescante inercia; no su mente.

Corrían las manecillas del reloj rápidamente como si un águila estuviera acelerando la tierra. Cuando todo parecía rutinariamente normal, Zoila volvió a escuchar ese prepotente linchamiento que sufría un pobre trozo de portal. Abrió los ojos, puso sus pies en el suelo y empezó a caminar en círculos buscando el culpable de perturbar su inconforme paz; y lo encontró. Zoila se sintió confundía al encontrar que el ruido venia de una puerta desconocida, una puerta que extrañamente le daba las espaldas al mundo exterior. Zoila sorprendida se dejo caer sobre su cola.

Zoila: ¿Qué esta pasando? ¿Como es posible no haber visto una puerta en el cuarto en el que pasado toda mi vida? ¿Qué hago? Esas fueron todas las preguntas que bombardeaban mi mente mientras miraba esa desconocida puerta. Me llene de valor, me levante y camine hacia ella. Ya frente a lo desconocido extendí mi mano y deje que la luz del mundo me deslumbrara.

La Sombra: La forma tangible de Zoila se vio perdida por una invisible luz, que sin permiso alguno entro violentamente desde el otro lado de la puerta dandole espacio a mi visita.

Zoila: Ah!... Guao.

La Sombra: Zoila dio un paso afuera, atemorizada y sin despegar una mano de esa pared que la había protegido toda su vida. Parecía que el águila se había emprendió en vuelo de nuevo, el tiempo corría y corría sin importarle haber dejado atrás a Zoila.

Zoila: Mis ojos estaban deslumbrados, y realmente me tomo mucho tiempo asimilar lo que había frente a ellos, así que los cerré y respire profundo mientras lentamente soltaba la mano de mi hogar. Los volví a abrir y...

La Sombra: ... Zoila se llenó de frenesí al ser la primera vez que sentía la verdadera libertad. Todo se veía confuso y desordenado, pero en ese momento no parecía importarle a ella.

Zoila: Frente a mi había un revuelto de colores, me quede perdida en ellos para encontrar su verdadero significado. Pasó el tiempo y ya todo empezaba a tener forma.

La Sombra: Zoila vio la ultima cena de una gente que parecía feliz, pero en realidad no lo estaban. Todos sonrientes, con ropas extrañas y hablando de hechos jamás sucedidos con el fin de impresionar a los demás...

Zoila: Como en mi hogar.

La Sombra: Luego Zoila dejo que su vista viajara un poco mas, pero se dio cuenta de que ese mismo cuadro se repetía en casi cualquier parte del museo al cual tanta expectativa le tenía ella.

Zoila: Toda esa gente se veía más confundida que yo, como en mi hogar. Luego note que tanta confusión llenaba ese hermoso cuadro de sangre, una roja y espesa sangre, imposible de limpiar sin que deje rastro. Créeme es mi trabajo.

La Sombra: Zoila empezó a agitarse y a dejar caer lagrimas de sus ojos, lagrimas que terminaron en tormenta. No pudo soportar darse cuenta que el sueño de su vida ya lo conocía, y no era lo que esperaba, era solo una rutina, su rutina.

Zoila: Lo que vi a través de esa puerta fue exactamente lo que yo vivo diariamente dentro de mi hogar, con mi sombra.

La Sombra: Lo único que ella necesita.

Zoila: Exactamente, solo a ti. No quiero salir a intentar cambiar (o disfrutar) algo que e intentado cambiar desde que nací.

Narra-niel: Y por eso eres una sombra en mi mente. Que lastima que vivas en ella. Visita mi corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario