Mente adolorida y corazón empedernido son los dos ingredientes para crear mi decadente frenesí.
Indiferencia y frivolidad son los adjetivos del chef de mi esencia.
Canto y exterminación de tristeza es la cocina de mi in amueblada propiedad.
Crueldad cómoda es el sabor que envidia mi delicia.
Y tangibles sombras son las catadoras de mi existente pero intangible amor.
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