Han pasado semanas de diversión,
el agotamiento viralico fue adictivo:
El subtotal es tres pero mi cuerpo pide 4
criptonita - cáñamo activo - color (amarillo)
El extra en mis caprichos limbisticos es el deseo,
la capacidad de sentir lo que no hace un esquizofrenico.
Sudar, querer, desear, parar, desear, respirar, amar
y compartir y escuchar y comunicar y elevarnos contra un suelo;
un techo nublado de humo pero roto por las estrellas.
Otro no-actor en mi cuadro es un perro:
Pelo rubio, tamaño intimidante, originario del centro del mundo
y con tanto amor que el viento de su cola es color sonrisa
y la percepción del mundo hacia él es de familiaridad.
Ya descrita la escenografía de la pasada obra,
y entendido el ambiente que me envolvía;
descrito el catástrofe de mi paz circular,
tengo ahora -por supuesto- una historia más que contar.
(...)Ahora estoy ante babylon; humo guardado y el que vuela
(uno bendito y el otro violento) me acompañan;
la bebida roja sangre calla los gritos de un organismo
que de tanta libertad, siente el dolor consumista de babilonia.
Un pobre cuaderno es el único testigo -hasta ahora-
y las almas compañeras del vicio ya no verán
y estas palabras que primero con miedo y ahora con frenesí escribo
esos oídos jamas escucharan.
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