5/06/2010

Mi mano esta que muerde


Todo comenzo con humo y un perro;
luego eran los mismos mas ella.
Tres almas moviendo la cola entre calles
y la sangre de Jesús bailaba al ritmo de los pasos.

Pasaron entre diez y quince minutos de platica;
dos o tres horas de acompañamientos; y muchos,
demasiados segundos de ansiedad. Todo seguía:
-Y mi mano esta que muerde-.

En otra estación el mismo día, eran los mismos.
Ahora el humo esta bendecido y las palabras afiladas:
Parece que la sinceridad a brotado del día de gracias
hasta el brindis de un aniversario mensual.

Ya no hay perro y ella me abandono.
Yo, el recuerdo en una cápsula de vidrio, y el mal(...)
El mal atrapado en lo ya mencionado pero sin las
Humientas señales de auxilio.

- Y mi mano esta que muerde-.

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