
Mañana es un día importante en mi vida, y no tanto por lo que es sino por lo que representa. De mis nulos esfuerzos anteriores y mis ociosas meditaciones en campos de intelectuales pasteles, tenia que sacar conocimientos de ciencias innecesarias y aplicarlos con el fin de probar que mi dinero vale tanto como mi intelecto. -Hay un gran problema, yo no poseo dinero-. No quiero dar a entender que me gusta alimentar mi ego probando mi intelecto en tontos castings de carreras. Lo que sucede es que si no demuestro a ciertas burócratas autoridades lo tangible de mi conocimiento no creerán la sabiduría de mis letras. Y por eso el estres conmigo. [ESTA]
Después de casi 24 horas de tortura sicológica ejercida por nadie y percibida por mi, -entre dolor- decidí buscar un arma e infiltrarme en esa guerra de pensamientos llevada acabo en la parte superior izquierda de mi cráneo; cogí mis herramientas y empecé la cosecha.
Horas después de acariciar la tierra a cambio de sus frutos, obtuve la paga de la señora Madre; su medicina. Prepare una cena de hierbas, echa solo con amor; prendí el fuego, y -oh, reyes y magos venid y celebrad conmigo que mañana de la épica batalla intelectual seremos victoriosos-.
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