-Quien lo mató -caen mis lágrimas-, ¿la mujer que le dio su adicción, o la adicción que lo unió a su amor?
Creo que la adicción lo hizo confundir el amor, matándolo.
Luego del funeral en prisión, la adicción amenazó su silencio, y
ante este chantaje la mujer de la creación decidió hacer el trabajo de la adicción.
Una mujer, una adicción y un amor fueron el veneno de sus venas.
EL ALMA DE UN GRAN SEÑOR EN EL CUERPO DE UN MUERTO DESCANSA.
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