Toda la cabeza explota
y cada partícula de piel
queda sobre la madera que me rodea;
toda mi sangre es bebida
por voces y personajes
que provocaron la catástrofe
y ahora gozan de la celebración
de ya estar muertos, al igual que yo;
-aunque yo revivo, siempre.-
y así los mato, por eso soy Fêde Deus,
hijo de Dios, esencia ahora terrícola,
después no.
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