No me gusta follar,
pero me encanta sudar
y hacer sudar;
alucino con la belleza
de dioses en una mujer;
ambiciono todo el terreno
que mis labios pueden rozar,
y lubricar con mi lengua
para que el resto de este monstruo
resbale sobre la pista de piel
que esta tan mojada,
tan excitada como yo.
Somos antagonistas del sexo como diente de león,
pero amantes del placer como todos.
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